En respuesta
a:
Un estudiante de nuestra casa de estudio
Mi
lucha no termina ahorita, ni mañana, ni pasado, ni aun cayendo este gobierno,
la crisis es algo que va más allá de lo que hoy sucede, buscamos una verdadera
transformación social para no repetir este ciclo histórico que igual vivió mi
papa, mi abuelo, mi tatarabuelo. Durante 200 años de historia hemos salido por
la fuerza de regímenes totalitarios y 20, 30, 40 años después vuelven a tomar
el poder y la historia se repite. Citando una excelente frase de un compañero
de la vida: “Podría luchar 50 años, si el resultado será un país libre por un
millón de años”.
Quienes se embarcaron en
esta ardua tarea deben estar conscientes que esto puede durar 2 meses como
también puede durar 10 años, la convicción con la que asumes la responsabilidad
va a determinar los resultados que obtendremos, a nadie le pregunté si quería
embarcarse en este trabajo de rescatar el país, por lo tanto a nadie le
preguntaré si desea abandonarlo. Pero algo si les puedo asegurar, las
verdaderas revoluciones tanto de la historia como del pensamiento han sido
llevadas por jóvenes que no les importó sacrificar su vida entera por sus
ideales, entonces la pregunta es la siguiente: ¿Qué tanto están dispuestos a sacrificar ustedes por defender el ideal
de un mejor país? ¿Consideran que si conseguimos la salida de este
gobierno, en este instante, tendremos el futuro que muchos jóvenes
anhelamos? Son ustedes quienes deben
preguntarse, no a su compañero, no a mí, es a ti, mis convicciones están claras
y a diferencia de muchos el trabajar por este cambio es mi razón de ser, no es
sólo hoy, no es este mes, es lo que he hecho toda mi vida y moriré haciéndolo.
La decisión de “normalizar”
como lo llaman algunos, (no considero
que todo este normal aun asistiendo a clases, primero deben definir el
significado de normal para ustedes, tenemos muchos años en que nada es normal
en nuestro país) no es mía, ni de ninguna autoridad es de ustedes, entonces
por qué me reprochan algo que no depende de mí, es decisión de cada uno de los
15 mil alumnos que hacen vida en la Universidad Arturo Michelena.
Mis canales de comunicación
siempre están abiertos quienes me siguen en @CesarCordobaUAM saben que jamás he dejado de atender las
inquietudes de quienes se dirigen a mí. Las acciones y decisiones que una
persona, en nuestra posición, toma jamás va a complacer al 100% de la
población, muchos de ustedes no comprenden que yo también paso horas sin
dormir, sin comer, sin ver a mi familia, por atender problemas que no son míos
pero que asumí precisamente en esa tarea de transformar Venezuela. He estado
acompañando a quienes han maltratado, arrestado y reprimido. A nosotros
constantemente nos amenazan, nos censuran, nos reclaman y aun así aquí estamos
al frente defendiendo los ideales, no sólo de nosotros, sino también de
aquellas personas que de alguna manera creen en ellos.
Así como ustedes también he
sido víctima de robo, secuestro, camino por las calles de mi propia nación con
el temor de ser robado, no consigo harina, siento el miedo de no tener trabajo
cuando me gradue. Todo lo anterior no
justifica que alguien pueda tomar el camino de la violencia para defender en lo
que cree. Repito una de las dictaduras más grande América, Augusto Pinochet
terminó por la vía No- Violenta, Gandhi acabó con uno de los imperios más
grandes del planeta por la vía No-Violenta.
Lo único que NO considero
justo es que ustedes intenten culpar de sus errores a otras personas, ¿Soy yo quien debe tomarte de la mano y
obligarte a luchar por tu país? NO es así, eres tú quien debe buscar la
manera de convencer a los demás que tu lucha es justa, con ideas, acciones,
argumentos. No violentando su integridad, ni cercenando los derechos que esa
persona posee para obligarlos a luchar por los tuyos. Cuando Pablo Díaz luchó
contra la dictadura de Jorge Videla en Argentina no obligó a nadie, los llevó a
la lucha desde sus aulas y consiguieron objetivos que jamás un estudiante de
bachillerato pudo haber logrado. El resultado fue la democracia en Argentina y
las reivindicaciones a los estudiantes.
Si les sirve de algo, nunca
ha sido una opción para mí abandonar mi país, como lo escribía una señorita que
conocí hoy en la UAM “La salida no es Maiquetía” y si estás consciente de ello,
ya deja de preguntarte que pasará en la UAM y concéntrate en sumar voluntades a
la lucha que hoy muchos compañeros llevamos adelante.
César Córdoba, Universidad
Arturo Michelena